Estrés térmico por calor, ¿cómo prevenirlo?

Con la llegada del verano, se hace necesario recordar que las temperaturas extremas son un importante factor de riesgo para una gran cantidad de oficios. Muchos trabajadores tendrán que desempeñar su jornada laboral en un ambiente de altas temperaturas que, si no se tiene la debida precaución, podrán derivar en un estrés térmico con diversas consecuencias.

Pero, ¿qué es el estrés térmico por calor? Se trata de un exceso de calor que reciben y acumulan los trabajadores en sus jornadas laborales, debido a la unión de tres factores: las condiciones ambientales del lugar donde trabajan, la actividad física que realizan y la ropa que llevan para desempeñar su labor. El estrés térmico no es una consecuencia patológica, sino la causa de diversos factores patológicos que se producirán por acumular calor en el cuerpo.

El exceso de calor en un trabajador puede provocar que:

  • Aumenten las posibilidades de que se produzca un accidente laboral.
  • Se agraven dolencias previas con las que cuente el trabajador.
  • Se produzcan “enfermedades relacionadas con el calor”: erupciones cutáneas, calambres, náuseas, deshidratación y golpe de calor, entre otras.

Los lugares más probables para sufrirlo son, sobre todo, en los trabajos al aire libre como la construcción y actividades agrícolas. Pero también en lugares cerrados o semicerrados donde el calor y la humedad puedan ser elevados (fundiciones, minas, invernaderos…) o en aquellos donde se realiza una actividad física intensa. También, la necesidad de llevar equipos de protección individual puede suponer un aumento del calor en el empleado.

Por lo tanto, existen una serie de recomendaciones generales para llevar a cabo una correcta Prevención de Riesgos Laborales que pueda tratar de evitar consecuencias derivadas de la exposición a altas temperaturas. Por parte del empresario, habrá que:

  • Tener informados siempre a los trabajadores sobre los posibles riesgos derivados del calor y las medidas a tener en cuenta para evitarlos.
  • Disponer de sitios de descanso frescos, que estén cubiertos o a la sombra.
  • Tener siempre disponible agua fresca para los empleados.
  • Tratar de reducir la temperatura en trabajos de interior, ya sea con ventilación natural o artificial.
  • Organizar el trabajo de manera que se traten de evitar las horas más calurosas del día.

Por otro lado, los trabajadores deberán tener en cuenta las siguientes cuestiones:

  • Informar a sus superiores si han tenido alguna vez problemas con el calor, o si padecen algún tipo de enfermedad que pueda agravarse por la exposición a altas temperaturas.
  • Adaptar el ritmo de trabajo a la tolerancia al calor, y descansar en las zonas frescas habilitadas por el superior.
  • Beber agua con frecuencia.
  • Evitar las comidas grasas, el alcohol y las drogas.
  • Proteger la cabeza de la luz solar con gorras, sombreros…
  • Utilizar crema solar con alto factor de protección.